Convertirse en sujetos eróticos

Durante dos años, el artista japonés Keiryû Asakura trabajó para crear la muñeca sexual más puntera, que al tacto diera la impresión de un cuerpo vivo de mujer. “Como un cadáver disecado, ese cuerpo reproduce en tamaño natural el de una joven desollada”, escribe la bloguera Agnès Giard, que da cuenta del proyecto de ese Pigmalión moderno. “Sus globos oculares parecen salirse de las órbitas. Sus fémures parecen haber sido raspados a cuchillo. La carne viva de sus manos deja pasar trozos de hueso”. La muñeca está dotada de una “vulva extraíble como las que se pueden comprar en los sex shops. Basta insertarla en una cavidad entre sus muslos”. El artista explica que tenía la “necesidad de encontrar una forma de satisfacer su libido sin causar daño a nadie y sin tener que implicarse en una relación”. Ya en 2004, Agnès Giard había dedicado un artículo a las empresas (...)