A diferencia de la actitud adoptada por Estados Unidos y Gran Bretaña, sobre todo en Irak, Francia descarta la idea de enviar civiles a los escenarios de operaciones militares, e incluso se muestra prudente en relación con la “subcontratación” de las tareas en el sector de la defensa. Pero, aguijoneada por imperativos de rigor presupuestario, la subcontratación ha aumentado más rápidamente en las fuerzas armadas que en el resto del Estado, donde se ve frenada por la resistencia sindical. La desaparición del servicio militar obligatorio –que permitía un funcionamiento económico de los cuarteles, gracias a la tarea de los reclutas– obliga ahora a calcular bien los gastos.
Un grupo de trabajo creado en la Oficina de Asuntos Reservados del Estado Mayor General francés, analizó a comienzos de 2004 la subcontratación tal como se practica en Estados Unidos, en materia de apoyo y de ciertas tareas que están a cargo de las (...)