Pocos meses después de la caída del régimen de Sadam Husein, se contaban en Irak unas 20.000 personas que pertenecían a la seguridad privada. La incapacidad de las tropas estadounidenses para mantener el orden y la creciente demanda de los actores internacionales –como los inversores estadounidenses presentes en Irak– explican ese fenómeno. La degradación de las condiciones de seguridad ha hecho que esos grupos occidentales –las Sociedades Militares Privadas (SMP) o private military companies– proliferaran en gran medida. Un documento del Departamento de Estado titulado “Security Companies Doing Business in Iraq”, fechado en mayo de 2004, señala la existencia de 25 SMP, fundamentalmente estadounidenses y británicas. Esas empresas son apenas la parte comercial visible de un mundo más sombrío.
Desde el fin de la Guerra Fría, las prácticas de subcontratación (outsourcing) se desarrollaron rápidamente en el seno de las fuerzas armadas estadounidenses, bajo el efecto conjunto de la globalización del sector (...)