“Una rebelión puede ser llevada a cabo por un 2% de activos y un 98% de simpatizantes pasivos”
T.E. Lawrence
En The Short Timers, una de las mejores novelas sobre la guerra de Vietnam, Gustav Hasford cuenta cómo, enrolados en los marines, los jóvenes son tranformados en guerreros temibles para después sumirse en el caos de un conflicto donde su formación resultará inadecuada. No les servirá para afrontar a un enemigo invisible, sin frente, sin retaguardia, que se mueve como un gas mortífero…
Irak no es Vietnam. Pero en el curso de este “Ramadán negro”, ya se ha producido una inversión de roles: los atacantes se encuentran a la defensiva. Y el cuerpo expedicionario estadounidense tiene ahora un objetivo prioritario: protegerse de los golpes que le asesta una resistencia cada vez más audaz. Las cifras son explícitas: 10 ataques contra (...)