Hippie

Los sesenta abrieron márgenes impensados de libertad en un universo de sentido férreamente controlado por la mentalidad industrial, patriarcal y belicista. Las potencias insospechadas de la música y los símbolos derruyeron las rígidas arquitecturas de un poder implacable sobre el sentido de la vida cotidiana de millones de jóvenes en el mundo. Las flores en los cañones, los atuendos coloridos, la expe­rimentación con los estados de conciencia, la no violencia y la desobediencia como método de resistencia ante la guerra y el racismo, el cultivo de la paz interior y su irradiación en el mundo, la zaga asombrosa de la revolución cubana frente al más poderoso imperio de la historia, abrieron las compuertas de la esperanza en un mundo que había ingresado de nuevo en la carrera armamentista, la ­persecución paranoide de las ideas diferentes a los sacro santos valores del libre comercio y el delirio de horror ejecutado por (...)