Desde el verano pasado, casi cien mil kosovares habrían intentado entrar en la Unión Europea. El flujo aumentó con la llegada de la primavera. Todos los días, familias enteras, padres, niños y ancianos atraviesan Serbia para llegar a la frontera húngara. Según las autoridades de Belgrado, sesenta mil albaneses de Kosovo habrían solicitado pasaportes serbios para obtener un visado europeo.
“Siete años después de que se proclamara la independencia y de que Kosovo pasara a estar bajo la tutela de la Unión Europea, la situación es desastrosa”, afirma Andrea Capussela, quien fuera, hasta marzo de 2012, director de Asuntos Económicos de la Oficina Civil Internacional (International Civilian Office, ICO), una de las principales misiones establecidas en Kosovo. “La situación es peor que antes de que llegara la misión europea”, añade el experto italiano, que acaba de publicar un polémico libro sobre la política europea en los Balcanes. Para él, esta situación (...)