- Philippe Descamps. - Fiesta de la Revolución, Teherán, febrero de 2016.
“¡Ni vencidos ni sometidos!”. En este 11 de febrero de 2016, la muchedumbre se anima alrededor de un turbante blanco. El presidente Hasan Rohani acaba de unirse al cortejo de la conmemoración anual de la Revolución en la avenida Azadi, una de las principales arterias de Teherán. El eslogan repetido a coro refleja la lectura del acuerdo nuclear realizado por la “calle”; o, por lo menos, por el pueblo llano que ha permanecido fiel al régimen, que marcha en una atmósfera más cercana a una kermesse que a un desfile revolucionario. Esta oportunidad de darse un baño de masas llega en el momento adecuado para el líder de los “moderados” tras sus éxitos diplomáticos y en vísperas de las elecciones legislativas del 26 de febrero y (...)