En 2011, en un lapso de dieciséis días, dos incursiones militares extranjeras de envergadura tuvieron lugar en el espacio soberano de África, sin que la Unión Africana, considerada insignificante, fuera consultada. Entre el 4 y el 7 de abril, las tropas francesas intervenían en Costa de Marfil. Unos días antes, a partir del 19 de marzo, fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), principalmente francesas y británicas, habían comenzado a bombardear Libia. Para el ex presidente sudafricano Thabo Mbeki, estos acontecimientos reflejaron “la impotencia de la Unión Africana para hacer valer los derechos de los pueblos africanos ante la comunidad internacional”. Sin embargo, hecho ignorado por los medios de comunicación, en estos dos conflictos la organización cuya Comisión presidí entre 2008 y 2013 había planteado soluciones pacíficas concretas, que los occidentales y sus aliados descartaron sin dar explicaciones.
A comienzos de 2011, todo había cambiado en el Norte (...)