Durante el otoño de 2017 atravesamos el Atlántico para llegar a Ecuador, en busca de la Pachamama. En nombre de esta divinidad amerindia, indígenas, activistas ecologistas, dirigentes políticos e intelectuales se afanan por “frenar las agresiones del capitalismo”, sobre todo cuando implican la extracción de materias primas.
“La Pachamama es una realidad en el mundo indígena”, nos explica Alberto Acosta, con quien contactamos a nuestra llegada a Quito. Fue ministro de Energía y Minas en 2007 y presidente de la Asamblea Constituyente que, en 2008 y con el impulso del presidente Rafael Correa, reconoció la Pachamama como un sujeto integral de derecho: una primicia en todo el mundo. Hoy en día, hostil al ex jefe de Estado, al que le reprocha haber caído en la traición al perpetuar la explotación de los recursos naturales del país, Acosta encarna una corriente ecologista objeto de una elevada atención en el extranjero. “Para las (...)