n la producción de una película de ficción hay muchas más personas trabajando en los decorados, el vestuario, la fotografía y el maquillaje que en el sonido, es decir en la grabación de las voces, las atmósferas, en los efectos de sonido y las mezclas. El sonido, ligado al apremiante desarrollo de la tecnología, ¿sería reductible a esta última? Eso supondría olvidar que siempre es determinante en la estética de una película.
Un año antes de la proyección de la primera película de los hermanos Lumière en París en 1895, Thomas Edison y su asistente rodaron una secuencia sonora en un Kinetófono. “Vemos a dos empleados de Edison bailando al son de un violín, tocado sincrónicamente –cuenta el ingeniero de sonido Daniel Deshays, docente de la Escuela Nacional Superior de Profesiones de la Imagen y el Sonido (FÉMIS, por sus siglas en francés)–. Pero no tenían la tecnología necesaria para grabar (...)