El mundo de los medios de comunicación se retroalimenta constantemente. La obsesión por la competitividad es tal que, en muchas ocasiones, los periodistas olvidan la realidad para dedicarse, todos al mismo tiempo, a competir por la misma noticia. Es algo así como la contraprogramación que hacen las cadenas de televisión en los temas no relacionados con los informativos. Todos quieren explotar la misma supuesta noticia convencidos de que quien no la atienda quedará descolgado del pelotón. De forma que, aunque en un momento determinado estén sucediendo en el mundo varios acontecimientos, todos los medios de comunicación estarán volcados en uno solo. Por eso, por ejemplo, durante una semana, una crisis de hambre en África ocupa la portada de los periódicos y abre los informativos de televisión, y a la semana siguiente desaparece de la actualidad, como si el hambre en ese país también hubiera desaparecido.
El maestro de periodistas, Ryszard Kapuscinski (...)