En Tegucigalpa, durante los días precedentes a las elecciones generales del 24 de noviembre de 2013, nadie tenía ninguna duda: la victoria para la presidencia se decidiría entre el presidente del Congreso Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional (PN), ya en el poder, y, representando a Libertad y Refundación (LIBRE), Xiomara Castro, esposa del ex presidente Manuel Zelaya, derrocado el 28 de junio de 2009 por una camarilla cívico-militar a la que le disgustaba su giro hacia la izquierda, aunque fuera moderado. Otros siete partidos participaban en la campaña –entre ellos el Partido Liberal (PL), que se alterna en el poder con el PN desde hace más de un siglo–, pero apenas tenían peso en los debates.
Tras el golpe de Estado nació el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que luchó contra los golpistas en la calle, y después vino su brazo político, LIBRE, cuando Zelaya, su actual coordinador general, (...)