Portada del sitio > Mensual > 2014 > 2014/06 > El porqué del eterno fracaso de las negociaciones en Oriente Próximo

"Lo que es mío es mío, lo que es tuyo se negocia"

El porqué del eterno fracaso de las negociaciones en Oriente Próximo

Las negociaciones entre Israel y Palestina han culminado sin haber logrado resultado alguno. Incluso los enviados estadounidenses se han sorprendido ante la intransigencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Sin embargo, esto no revocará el apoyo de Washington a Tel Aviv. Por su parte, el impopular presidente palestino, Mahmud Abbas, se ha resignado a tener que acercarse a Hamás para tratar de reconstruir la unidad palestina.

por Alain Gresh, junio de 2014

“Las negociaciones tendrían que haber empezado con la decisión de detener las obras en las colonias. Pero pensamos que podíamos lograrlo gracias a la descomposición del Gobierno israelí. Así que lo dejamos pasar.” Entrevistado por el conocido periodista Nahum Barnea, del diario israelí Yediot Aharonot, en el marco de una investigación sobre el fracaso de las negociaciones palestino-israelíes, el alto funcionario estadounidense –cuyo nombre queda en el anonimato– prosigue: “No habíamos comprendido que [el primer ministro israelí, Benjamín] Netanyahu usaba las licitaciones de las obras en las colonias para garantizar la supervivencia de su propio Gobierno. Tampoco habíamos entendido que la prosecución de dichas obras ayudaba a que algunos ministros sabotearan, de un modo muy eficaz, el éxito de las negociaciones. [...] Sólo ahora, tras el fracaso de las conversaciones, nos hemos dado cuenta de que estas obras [de 14.000 viviendas] equivalían a una expropiación de tierras a gran escala.”

A (...)

Este artículo está reservado a suscriptores.

Si usted es suscriptor, introduzca sus datos a continuación para continuar con la lectura.


¿Todavía no es suscriptor?

Elija su fórmula de suscripción y cree su cuenta.

NECESITAMOS TU APOYO

La prensa libre e independiente está amenazada, es importante para la sociedad garantizar su permanencia y la difusión de sus ideas.

Artículo anterior

Al asalto del sueño

Artículo siguiente

Alarmas israelíes