Si a usted le propusieran participar en un ensayo terapéutico, ¿aceptaría? Al participar en un estudio de esta naturaleza –destinado a evaluar nuevos tratamientos–, ayudaría a pacientes que sufren los mismos problemas que usted. Sin embargo, este estudio, en general se basa en el azar: el enfermo que se ofrece voluntario puede recibir tanto un principio activo como un placebo, con el fin de medir si seguir un tratamiento es más eficaz que su ausencia. Pero este test en “doble ciego” –ni los pacientes ni los médicos saben quién ha tomado qué– implica potencialmente privar a los individuos enfermos de un producto que podría curarlos. Y esto en nombre de un saber que beneficiaría a la totalidad de los pacientes.
Interés general contra interés particular: esta oposición ha sido tenida en cuenta desde siempre en el ámbito político, desde Santo Tomás de Aquino –quien, en el siglo XIII, consideraba necesario que, (...)