Calles repletas de gente, eslóganes ofensivos, cantos con el puño levantado, direcciones sindicales sobrepasadas por sus bases. El combate social del otoño de 2010 contra la reforma de las jubilaciones parece haber movilizado más manifestantes que en noviembre-diciembre de 1995. Esta vez, sin embargo, ninguna controversia que opusiera a dos bloques intelectuales, uno aliado del poder y el otro de la calle, vino a enturbiar la batalla. Quince años antes, en cambio…
El vestíbulo abarrotado de la Gare de Lyon, banderines, rostros que miran hacia un orador que no habla lo suficientemente alto. El sociólogo Pierre Bourdieu se dirige a los ferroviarios. “Estoy aquí para expresar nuestro apoyo a todos los que luchan, desde hace tres semanas, contra la destrucción de una civilización asociada a la existencia del servicio público”. ¿Un intelectual francés de reputación internacional al lado de los trabajadores? Una escena que se volvió insólita desde los años 1970. (...)