Contrariamente a lo que podría pensarse, el acceso al aborto sigue siendo un derecho frágil, incluso en los países industrializados. Si bien en la mayor parte de la Unión Europea –como en Portugal, donde fue despenalizado en marzo de 2007– la liberalización continúa, las condiciones concretas de cobertura y el estatuto legal de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) varían sustancialmente según el país. Mientras que las mujeres de Europa Occidental gozan de una cobertura relativamente buena, sobre todo en los países nórdicos, las condiciones de acceso a la IVE siguen siendo precarias en Europa del Este. Y el derecho al aborto fue prácticamente vaciado de contenido en Estados Unidos.
Los países escandinavos y algunos países de Europa continental son considerados pioneros en materia de derechos de la mujer. La tasa de abortos en los Países Bajos es una de las más bajas de Europa (ocho por mil), lo que refleja (...)