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Revolución tecnológica, cambio geopolítico

El coche eléctrico, una oportunidad inesperada para China

Acabar con el petróleo y los gases de efecto invernadero: esas son las promesas del coche eléctrico. Pero el entusiasmo actual oculta las nuevas contaminaciones y las dependencias geopolíticas que esta revolución conlleva. Puesto que China, gracias a su monopolio de algunas materias primas, podría convertirse en la capital mundial del automóvil.

por Guillaume Pitron, agosto de 2018

“¡Larga vida al coche eléctrico!”, proclamaba en 2009 Carlos Ghosn, presidente-director general (CEO) del Grupo Renault. “Podrá usted conducir gratis, para siempre, gracias a los rayos del sol”, abundaba en 2013 Elon Musk, CEO del grupo estadounidense Tesla. En China, el primer ministro Li Keqiang considera la llegada de nuevos vehículos un modo de “fortalecer el crecimiento económico y proteger el medio ambiente”. El interés por la electromovilidad renace así más de un siglo después del récord de la Jamais Contente (“Nunca Contenta”), un coche eléctrico que fue el primer automóvil en superar la velocidad de 100 kilómetros por hora, en Achères, en Île-de-France... en 1899.

El planeta cuenta a día de hoy con 47 ciudades de más de 10 millones de habitantes, y este urbanismo desbocado hace de la contaminación del aire –causa de millones de muertes prematuras– una de las principales preocupaciones de cuatro mil millones de urbanitas. El (...)

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