Una mezca de aire y gas que se vuelve explosiva
Todos los gases son explosivos si su mezcla con el aire alcanza determinada concentración. Para el gas natural (metano) esta mezcla se sitúa entre el 5% y el 15% de gas en el aire ambiente. Para el gas butano está comprendida entre el 1,8% y el 8,8%, y para el gas propano entre el 2,4% y 9,3%. Por debajo del límite inferior y por encima del límite superior no existe riesgo de explosión.
Basta una chispa
Cuando se alcanza esa explosiva mezcla aire/gas, una chispa es suficiente. El simple hecho de poner en marcha una lavadora, de descolgar un teléfono, incluido un teléfono móvil, de encender la luz o un cigarrillo basta para que se produzca la explosión.
El confinamiento
Se necesitan entre 6 y 10 horas para que el aire ambiente de una cocina se vuelva explosivo cuando se produce una (...)