Transformar un país en una cárcel a cielo abierto sin provocar una revuelta constituye una auténtica hazaña. Lograrlo tras un periodo de duras protestas, ya entra directamente en el terreno de la épica. Sin embargo, gracias a la pandemia de la covid-19, son muchos los dirigentes que lo han conseguido. En algunos países, el poder ha optado por la fuerza; en Francia, por esconderse tras un puñado de expertos con bata blanca, aun cuando el Gobierno ignoró las reivindicaciones de los sanitarios en otoño de 2019. Desde hace unos meses, no ha habido declaración política que no viniera acompañada de un “siguiendo el consejo de los científicos” o de un “basándonos en la decisión del Colegio de Médicos”. Los expertos han “tomado el poder”, se alarma Éric Zemmour. Sin embargo, ¿no será más bien que los expertos están al servicio del poder?
El 10 de marzo de 2020, cuando el presidente (...)