La persistente impopularidad de los dirigentes socialistas franceses no tiene que ver con una excepción nacional que se podría imputar a las malas cifras del empleo o a la negación sistemática de los principales ideales de la izquierda. El agotamiento de un ciclo ideológico que encarnó hace veinte años la “tercera vía” de William Clinton, Anthony Blair, Felipe González, Dominique Strauss-Kahn y Gerhard Schröder también se observa en Estados Unidos y en la mayoría de los países europeos.
Pero esta derrota de un socioliberalismo durante mucho tiempo triunfante ya no beneficia exclusivamente a las fuerzas situadas todavía más a la derecha. Desde hace poco está acompañada del renacimiento de una corriente contestataria cuyas ideas se pretendía superadas, arcaicas, arrasadas por la globalización, por la flexibilización y por las nuevas tecnologías (véase “Los demócratas estadounidenses hechizados por Silicon Valley”). Desde los campus estadounidenses hasta los suburbios de Londres, pasando por (...)