Así las cosas, tuve que esperar la reseña del New York Review of Books sobre mi libro, retomado en el Daily Times pakistaní y, ahora, en Le Monde diplomatique, para enterarme de que Karachi, la ciudad del suplicio de Daniel Pearl, es una ciudad “con glamour”.
Tuve que esperar hasta el día de hoy, y este artículo, para descubrir que la capital económica de Pakistán no es la “ciudad sin mujeres” que yo describí, porque el autor del artículo, confortablemente instalado en la “reluciente sala de embarque del aeropuerto”, vio allí “tres elegantes mujeres periodistas”, “modelos” alrededor de las cuales se afanaban nubes de sonrientes servidores con turbante; supongo que todas las mujeres obligadas, en los suburbios de la ciudad, a esconder su pobre sonrisa bajo el velo apreciarán el carácter surrealista del cuadro. Lo mismo que las 372 jóvenes, sólo en el año 2002, que al no tener la oportunidad (...)