De las tres crisis a escala planetaria que se combinan en estos momentos –energética, financiera y alimentaria–, la más vital y urgente, la crisis alimentaria –si entendemos por ella la escasez de alimentos y la posibilidad para cada persona de tener acceso a ellos–, es paradójicamente la que sería menos difícil de superar. La Tierra puede alimentar a los nueve mil millones de habitantes que se prevé la poblarán en el año 2050, pero ello implica un cambio radical de las políticas agrícolas que se están aplicando a nivel mundial, y en particular de la Política Agrícola Común (PAC) aplicada en la Unión Europea.
Pero no es ésta la vía que están siguiendo la Comisión europea y la mayoría de los Estados miembros de la UE. Tendremos ocasión de constatarlo durante la reunión de ministros de agricultura de los Veintisiete organizada por Francia en Annecy del 21 al 23 de septiembre. (...)