En el polígono comercial de Kergovo, ubicado en la entrada de la ciudad francesa de Carhaix (departamento de Finisterre), quinientos obreros se afanan en unas obras. Una lechería comenzará a funcionar en este lugar antes de enero de 2016: “Una herramienta industrial sin equivalentes en Europa, con doscientos cincuenta empleos asegurados”, pregonaba Le Télégramme (26 de marzo de 2015). Al menos ciento veinte millones de toneladas de leche en polvo se producirán cada año en sus torres de secado. Un detalle: los capitales son chinos y la producción está destinada a los lactantes del Imperio del Medio. A petición de Synutra, la empresa lechera de la provincia de Shandong, un dron provisto con una cámara sigue el avance de las obras mes a mes.
“El presidente del grupo en persona ha venido a visitar las obras. He oído que su hija había estudiado en Rennes. Tienen muchos lazos con Bretaña”, celebraba (...)