En 1823 el británico Robert Bruce, oficial de la East India Company, descubrió arbustos salvajes de té en la provincia india de Assam. Hasta ese entonces se consideraba que la planta de té –que los botánicos del siglo XVII bautizaron thea sinensis o camellia sinensis– era de origen chino. Para algunos el descubrimiento de Bruce indicaba que, por el contrario, el té era originario de la India. Después se difundió la hipótesis del “doble origen” (el té de hojas pequeñas sería chino, el de hojas grandes indio); luego la del “origen múltiple” en diferentes áreas geográficas del sudeste asiático; por último la de la cepa única, pero en un área más extensa que abarca los confines de las actuales China, la India y Birmania.
¿No es el té de origen chino? Esta teoría no podía satisfacer a los chinos. Empezaron a buscar los arbustos salvajes de té en todo su territorio (...)