Si hay un dogma sobre el cual en Europa existe un consenso de hecho entre la derecha y la mayoría de las fuerzas de izquierdas, es sin duda el del libre comercio. Ha sido incluso promovido al estatus de “libertad fundamental” en los tratados europeos que sitúan la libertad de circulación de capitales, de bienes, de servicios y de personas por encima de cualquier otra consideración. Por otra parte, su promoción constituye la única razón de ser de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y forma parte, asimismo, de la “caja de herramientas” del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial. Sobre sus bases se han suscrito, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, decenas de tratados comerciales bilaterales o multilaterales.
¿Cómo es posible que una doctrina elaborada hace más de dos siglos, es decir, mucho antes de que Marx y Keynes tomaran la pluma, haya podido ser implementada (...)