¿Se trataba del fin del pacto de estabilidad? Nadie creía ya en él.
Durante la campaña presidencial de 2012, el candidato François Hollande lo prometió: se enfrentaría a Berlín y obtendría una renegociación del pacto de estabilidad, que prohíbe a los Estados de la zona euro tener una deuda y un déficit públicos superiores al 60% y al 3%, respectivamente, del Producto Interior Bruto (PIB).
Una vez ganadas las elecciones, su director de campaña –un tal Pierre Moscovici– prometió “una explicación de fondo” entre París y Berlín. Una ambición que duraría 24 horas.
Reactivación económica, lucha contra el desempleo, resistencia frente a un enemigo identificado por entonces como “el mundo de las finanzas”: estas promesas esperarían.
Lo exigían Berlín, Bruselas y los inversores. Ascendido a comisario europeo de Asuntos Económicos en noviembre de 2014, Moscovici cambió de discurso: París debería “hacer más para reducir su déficit” (2) y acercarse a los criterios (...)