“Son innumerables los trabajos realizados por amateurs que demuestran, tanto en el mundo árabe como en otras partes, la ingeniosidad de los usuarios, pero más aún su extraordinaria capacidad para “ingerir”, en un tiempo récord, los inputs de las innovaciones técnicas, a semejanza de estos trabajadores emigrantes que, desde la segunda mitad de los años 1990, frecuentaban los cibercafés del norte del Mediterráneo para comunicarse con sus familias por medio de los primeros protocolos de telefonía IP, una aplicación que numerosos usuarios de los países industrializados no descubrirían hasta mucho más tarde, con Skype en particular… Sorprendente facilidad de asimilación y de adaptación por parte de trabajadores, a menudo analfabetos, que quizá hayan participado ellos mismos, o sus jóvenes hermanos, en los levantamientos árabes de 2011.”
(Yves Gonzalez-Quijano, Arabités numériques, Sindbad, París, 2012)