El fin de la Guerra Fría acabó con algunos teatros de operaciones bélicas en el mundo, particularmente en el continente africano, pero dejó en evidencia otros conflictos donde la competencia tribal ocultaba la lucha por el control y la posesión de materias primas de notable importancia estratégica para Occidente. Los procesos de globalización económica, lejos de poner fin a esta competencia que proyecta acumulación de recursos, pero también reparto de poder, ha mantenido e incluso acrecentado estos conflictos bélicos focalizados en determinados puntos de la geografía más desfavorecida, con una intensidad que impide o demora la intervención internacional. En este territorio de la impunidad reinan los señores de la guerra y sufren en primera instancia sus consecuencias los ya maltratados supervivientes, en su mayoría población civil.
“Mírame a los ojos, China”, fue la orden del instructor a aquella jovencísima chiquilla que, desde aquel momento lo adoptó como nombre propio. La de (...)