Al llegar a Sainte-Soline (departamento de Deux-Sèvres), no hay que dar muchas vueltas para ver la megabalsa que tanta oposición suscita y que provocó una concentración y enfrentamientos el 25 de marzo. Se trata de un enorme cráter rectangular de unas quince hectáreas, circundado por unos muros de tierra de diez metros de altura y rodeado hasta donde alcanza la vista por campos dedicados principalmente al cultivo de maíz. El suelo de esta gigantesca estructura va cubierto con una lona de plástico para garantizar la estanqueidad de un embalse que contiene el equivalente a 250 piscinas olímpicas. ¿Por qué mantener tanta agua en la superficie?
Según Emma Haziza, hidróloga y directora de investigación del CNRS, desde 2017 el sector agrícola considera que la falta de agua es un problema estructural, sobre todo en el departamento de Deux-Sèvres (región de Nueva Aquitania). Ya en diciembre de 2018, el vicepresidente de la región (...)