La operación “Green Hunt” (“Cacería verde”), anunciada en octubre de 2009 por el ministro del Interior Palaniappan Chidambaram, pretende erradicar la insurrección maoísta –también llamada naxalita– de las zonas forestales y tribales del Centro-Este de la India. Además de los cuatro mil Special Police Officers de la milicia Salwa Judum (“cazadores de la paz”), activa en Chhattisgarh, se desplegaron cincuenta mil paramilitares en cinco Estados clave de la insurrección: Jharkhand, Chhattisgarh, Bihar, Orissa y Bengala Occidental. El enfoque securitario que acompaña al discurso oficial sobre el crecimiento económico exacerba así la actitud autoritaria que caracterizó históricamente el desarrollo indio, a menudo en detrimento de la población y la democracia locales.
La comunicación gubernamental, ampliamente difundida en los medios, presenta a la “Green Hunt” como una etapa de pacificación necesaria con vistas al desarrollo. Sin embargo, las tomas de posición de algunos intelectuales muestran una renovada actitud de cautela y suspicacia respecto (...)