¿Están Serbia, Kosovo, Montenegro y Macedonia en la “línea de fuego” que separa Rusia de Occidente? Esto es lo que afirmaba el secretario de Estado estadounidense John Kerry el pasado 24 de febrero ante el Comité de relaciones exteriores del Senado. No obstante, Rusia fue la primera en establecer paralelismos entre Ucrania y los Balcanes. Los argumentos esgrimidos por Moscú en marzo de 2014 sobre su anexión de Crimea resonaban como un irónico eco de los que expuso la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 1999 para justificar su campaña de bombardeos aéreos contra la Yugoslavia residual de entonces: en los dos casos se habría tratado de prevenir una catástrofe humanitaria.
Durante la Conferencia internacional de seguridad celebrada en Múnich el 7 de febrero de 2015, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, retomó el paralelismo y destacó que “no había habido ningún referéndum de autodeterminación en Kosovo”, (...)