Para muchos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es el mantenimiento de la paz. Con este fin, intervienen más de 125.000 civiles y funcionarios en uniforme (policías, militares, gendarmes) en 16 operaciones de mantenimiento de la paz (OMP) y 37 misiones políticas especiales en cuatro continentes. La tarea se revela tan amplia como ingrata. Las críticas son acerbas y las infracciones cometidas, en particular cuando se trata de abusos sexuales o de corrupción, escandalizan, y con razón.
Aunque entre 1948 y 1988 la ONU sólo puso en marcha quince OMP, éstas experimentaron un espectacular aumento con el final del enfrentamiento Este-Oeste. Entre 1988 y 2015 se crearon 56, con éxitos variables. El informe de Lakhdar Brahimi del año 2000 sacaba conclusiones de éstas. Abogaba por mandatos más claros, una mejor adecuación entre los medios desplegados –muy estandarizados– y el terreno en cuestión, así como una coordinación más estrecha entre la (...)