Por supuesto, uno se puede sorprender al ver que una fuente militar certifica que catorce millones de egipcios (cifra que a veces llevan hasta los treinta y tres millones) salieron a las calles el 30 de junio de 2013, y ver al ejército facilitarles a los medios de comunicación imágenes tomadas desde sus aviones para confirmar sus declaraciones. Por supuesto, uno se puede cuestionar cuando responsables del Ministerio del Interior festejan las más grandes manifestaciones de la historia de Egipto. Por supuesto, uno puede ser un poco escéptico acerca de los quince y hasta veintidós millones de firmas que consiguió el movimiento Tamarod (“Rebelión”) pidiendo la renuncia del presidente Mohamed Morsi, y sonreír cuando un “filósofo egipcio” asegura que “la Alta Corte constitucional llevó a cabo un recuento” de las mismas.
No importa. Más allá de estas exageraciones, el país fue testigo el 30 de junio de su mayor movilización desde (...)