Algo nunca visto en Nueva Delhi. Multitudinarias manifestaciones en protesta por una violación: miles de mujeres y de hombres se reunieron para clamar su protesta ante el calvario sufrido por una joven de 23 años que el 28 de diciembre de 2012 murió como consecuencia de sus heridas.
Si los jóvenes de la clase media india salieron a las calles se debió, en principio, a que este crimen tocó a una de los suyos: una estudiante proveniente de una familia campesina modesta que llegó a estudiar a la capital, como lo hace esta generación en pleno ascenso social. Una generación nacida con la globalización, que a menudo estudió en el extranjero y que es económicamente independiente. Una generación que también ha comenzado a experimentar la igualdad entre los sexos, tanto en la universidad (donde las jóvenes son tan numerosas como los muchachos) como en el trabajo. En efecto, el alto nivel (...)