Los grupos privados ausentes del mercado francés desde la nacionalización en 1946 de las compañías del “trust eléctrico” y desacreditados antes de la guerra, principalmente por la ausencia de competencia y por sus ententes, se aprestan a efectuar un retorno triunfal. En efecto, en las próximas semanas, Electricidad de Francia (EDF) y Gas de Francia (GDF), nacidas de los principios establecidos por el Consejo Nacional de la Resistencia, deberán “abrirse a la competencia”, según la consagrada expresión.
Los diferentes productores se están preparando: el italiano Enel, el belga Electrabrel –propiedad de Suez–, los alemanes E.ON y RWE o los españoles Iberdrola y Endesa; que el más importante de todos siga siendo EDF explica su mala relación con la Dirección de la competencia de la Comisión de Bruselas. En cambio la red de transporte de electricidad goza del status jurídico de “monopolio natural”. Sus líneas siguen siendo propiedad de la empresa Réseau (...)