Kherson es la última ciudad importante sobre el Dnieper antes de que el río vierta sus aguas en el mar Negro. A pesar de algunas personas que inauguran la primavera en pantalón corto y calzado ligero, Kherson no tiene nada de una estación balnearia. En la Ucrania comunista cada ciudad tenía asignada una tarea, al servicio de una economía racionalizada al extremo: a Kherson le correspondían los astilleros navales, la fábrica de papel y la construcción de material agrícola. Gris y rectilínea, erizada de grúas, la ciudad conserva las marcas de su historia industrial en medio de una región mayoritariamente agraria.
La actual crisis mundial ha golpeado al país duramente, incluidos los 350.000 habitantes de Kherson y su envejecida industria, ya sacudida por las azarosas privatizaciones realizadas tras la independencia ucraniana, en 1991. Cuando a comienzos de 2008 las bolsas occidentales cayeron en pánico, los bancos ucranianos se hundieron uno tras (...)