En momentos en que la ofensiva contra los bastiones talibanes de la Provincia de la Frontera del Noroeste se prolonga, los habitantes del valle de Swat y de los distritos vecinos continúan huyendo de las zonas de guerra. Desde el lanzamiento de las operaciones, el 26 de abril, el Ejército y las fuerzas paramilitares han desplegado un dispositivo colosal –tanques, artillería pesada, disparos de mortero, aviones y helicópteros de combate– para desalojar y acorralar a los rebeldes. Y mientras que el alto mando se felicita todos los días por la muerte de decenas de talibanes, minimizando las pérdidas militares y civiles, las organizaciones no gubernamentales internacionales intentan alertar sobre la inminencia de una gran crisis humanitaria. Más de un millón de personas ya han huido del valle. Este éxodo masivo constituye el desplazamiento de población más importante en la historia del país.
Sembrando el terror entre las poblaciones locales y desafiando (...)