La escasez mundial de semiconductores no termina de tener extrañas repercusiones, sobre todo en el plano geopolítico. ¿De qué se trata? Desde hace un año, los industriales tienen dificultades para obtener esos chips electrónicos que equipan los aparatos cotidianos, del ordenador al tostador pasando por la lavadora y la videoconsola. El pasado mayo, un consorcio de empresas estadounidenses pedía al presidente surcoreano amnistiar a Lee Jae-Yong, el expresidente de Samsung, que actualmente cumple una condena de 18 meses de prisión incondicional por corrupción. Para paliar la vulnerabilidad de Estados Unidos en materia de chips, Samsung debía concretar sin demora sus proyectos de inversiones de varios miles de millones de dólares en territorio estadounidense. Con su soberanía electrónica en juego, Washington súbitamente olvidaba el obligado discurso sobre el Estado de derecho y el respeto del procedimiento…
Semejante crisis habría deleitado a los intelectuales de la escuela de Fráncfort, aunque solo sea porque (...)