El rascacielos es un objeto arquitectónico nacido a finales del siglo XIX, producto de la combinación de una técnica constructiva (estructura metálica), la puesta a punto del ascensor y el teléfono, y sobre todo de la increíble fortuna de algunas empresas que se regalan un edificio emblemático, generando la envidia de todos. El primer edificio de gran altura (40 metros) fue construido en Nueva York en 1868, el segundo en Miniápolis y el tercero en Chicago en 1884, por Le Baron Jenney. La torre se convirtió en la expresión del capitalismo por excelencia.
Lo que implica que pronto resulte antigua: siempre es superada por una empresa más competitiva que marcará su supremacía construyendo la torre más alta. Al “siempre más” insaciable de los capitanes de la industria o de las altas finanzas, corresponde el “siempre más alto” símbolo, a su entender, del poder: su torre, a la vez sede social, letrero, (...)