El libro refleja la angustia del autor por liberarse del recuerdo de acontecimientos que sacudieron Europa durante el Siglo XX, como las atrocidades de la Shoah o el Muro de Berlín, con objeto de adentrase libremente en el Siglo XXI. Puede que el lector quede desconcertado por alguno de sus pasajes, como en el que propone el yidis, o el otomano como idioma común europeo, que quizás le suenen a boutade de enfant terrible. Y eso sería más o menos todo si no fuera porque el libro está lleno de claves para cuya comprensión se hace necesario profundizar en la personalidad del autor.
De ascendencia judeoespañola, Camille de Toledo, que también utiliza el alias de Oscar Philipsen cuando escribe música, es el seudónimo literario de Alex Mital Toledo (Lyon 1976), cineasta como su padre Gerad Mital y nieto de Antoine Riboud, que fue presidente de Danone y llevó, en su avión, (...)