“Irán siempre ha intervenido en los asuntos de Arabia Saudí. En 2003, la luz verde a los ataques de Al Qaeda contra el reino vino de Teherán”. Nuestro interlocutor, profesor en la Universidad de Riad, parece estar seguro de lo que dice y se muestra impermeable al carácter poco probable de esta alianza entre un régimen chií y una organización suní que no esconde su odio hacia los “herejes”. Y no es el único que profesa estas teorías. En el diario As-Sharq Al-Awsat (12 de febrero), propiedad de la familia real saudí, el influyente editorialista Tareq Homeid llamaba a Estados Unidos a reconocer que Irán era el principal padrino de la organización fundada por Osama Ben Laden.
¿Es una sensación de asedio cada vez mayor la que explica estas extrañas especulaciones de muchos de los responsables saudíes? “La inestabilidad se extiende en cada una de nuestras fronteras. Y, detrás de esta, (...)