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Obsesión por situarse en el mapa de la globalización

El Golfo según sus propias palabras

Los Estados del Golfo, ricos en energías fósiles, compiten entre sí por ser el más global, el mejor conectado, el que tenga la torre más alta... Sueñan con ser miembros del club de países que decide en la política internacional. Para ello no dudan en importar el idioma de la globalización, abrir franquicias de los grandes museos de Occidente o adquirir clubes de fútbol de Europa. El actual desarrollo de sus urbes, con el fin de que estén bien posicionadas entre las ciudades-globales, es un claro ejemplo. Aunque para su construcción se tenga que hacer uso de mano de obra semi-esclava.

por Akram Belkaïd, octubre de 2013

Abril de 2013. En ocasión de una conferencia sobre energía organizada en Doha, Qatar, uno de los participantes, un oficial qatarí, empieza y luego termina su intervención en inglés –la lingua franca en el Golfo– homenajeando la “preclara visión” de su emir. En la sala, los periodistas y universitarios presentes intercambian guiños y sonrisas cómplices. Acostumbrados a ese tipo de manifestaciones, algunos incluso apostaron a cuántas veces sería pronunciada la expresión the vision. Hay que decir que pasó a ser omnipresente en todas las monarquías de países productores de petróleo o de gas del Golfo Arábigo-Pérsico. Ya sea en un coloquio, un documento oficial o en un simple folleto turístico, se tiene que celebrar la “víshion” –pronunciar con acento bien inglés– de su alteza real, o más bien, forzando algo el trazo, de su “Altísima del cielo más alto” [Altísima en lo más alto del cielo].

Más allá de la ineludible (...)

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