Son el emblema del capitalismo y, todos los días, varios cientos de miles de millones de dólares convergen en ellas, provenientes de todas partes. A la vez rivales y hermanas gemelas, la City y Wall Street –los corazones financieros de Londres y Nueva York– reinan sobre los asuntos mundiales desde hace casi 150 años. Tal es así que ambas plazas financieras han acompañado todos los grandes acontecimientos, desde la revolución industrial hasta el advenimiento reciente de la globalización.
Frente a poderes políticos superados o cómplices, siempre habían intentado acaparar la economía real, presentándose como proveedoras indispensables de capitales para las empresas y los Estados, pero también como juezas supremas, capaces de condenar al desguace a cualquier multinacional o pequeña y mediana empresa (PyME), e incluso estrangular y llevar a la quiebra a países emergentes como Argentina, México o Turquía. Sin contar las cohortes de ahorradores y pequeños accionistas reducidos a la (...)