Similitudes históricas, afinidades culturales: Irán y Turquía muestran una cercanía singular. Contrariamente a muchos de sus vecinos de Oriente Próximo, la construcción de estos dos Estados no árabes no data de ayer. Surgidos de dos grandes imperios, el safávida y el otomano –cuya rivalidad se remonta al siglo XVI–, se enfrentaron con frecuencia; también lograron, a veces, encontrar puntos de acuerdo.
Su desarrollo político a lo largo del siglo XX presenta múltiples semejanzas. Tanto la Revolución constitucional de 1906 en Persia como la de los Jóvenes Turcos en 1908 transformaron el panorama político nacional. Tras la Primera Guerra Mundial, ambas capitales pusieron en marcha, de común acuerdo, programas de transformación dirigidos por el Estado. La República de Turquía, desde su fundación por Mustafa Kemal Atatürk en 1923, implementó una política de modernización autoritaria en la que Reza Shah se inspiró para el establecimiento de la dinastía Pahlavi a finales de 1925. (...)