El desafío de los refugiados se sitúa entre Alemania y Turquía

En marzo de 2016, la canciller alemana Angela Merkel negoció por cuenta de la Unión Europea un controvertido acuerdo con Turquía con el objetivo de disuadir a los migrantes de atravesar el mar Egeo en barco, a menudo por mediación de pasadores. En el marco de un plan de acción complejo, ingenioso o maquiavélico según el punto de vista, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan aceptaba multiplicar las patrullas en el mar y acoger a los solicitantes de asilo que llegaban a Grecia tras la firma de los acuerdos. A cambio, por cada migrante sirio enviado a Turquía desde las islas griegas, la Unión Europea se comprometía a reubicar en Europa a un sirio que estuviera viviendo en un campamento de refugiados turco. Bruselas otorgaría una ayuda de 6.000 millones de euros destinada a los 2,7 millones de sirios refugiados en Turquía; también prometía reanudar las negociaciones de adhesión de (...)