A través de diversos ensayos y entrevistas, la historiadora de arte y periodista Isabella Pedicini explora las influencias culturales y vitales que la ciudad de Roma ejerció sobre la breve pero intensa obra de la jóven fotógrafa Francesca Woodman.
Woodman nació en Denver, Colorado (EEUU) en 1958 y tenía 19 años en 1977 cuando, gracias a un programa de estudios en el extranjero, llegó a Roma. Allí encontró lugares como los talleres de La Nuova Scuola Romana, espacios como los de la vieja fábrica de Pasta Cerere –que utilizaría como contexto ambiental para sus fotografías– y epicentros culturales como la librería Maldoror, donde pasó horas buceando entre libros de autores surrealistas, y donde hizo su primera exposición en 1977.
En esa librería Maldoror encontró también un manual escolar de geometría cuyos esquemas le sirvieron como inspiración y soporte para producir una serie de quince fascinantes y densas imágenes. En ellas, la propia (...)