Conocer el mar fue el sueño truncado de un grupo de escolares de Bañuelos de Bureba, una aldea burgalesa. Su maestro se lo había prometido. Sin embargo, el 19 de julio de 1936, el joven profesor fue detenido, torturado y vejado públicamente en una localidad cercana. Seis días después fue fusilado y sus restos arrojados a una fosa común. Acababa de empezar la Guerra Civil y la represión estalló brutalmente. Y aquel entusiasta maestro catalán, Antoni Benaiges Nogués, no pudo cumplir su promesa.
Setenta y cuatro años después, en agosto de 2010, el fotógrafo Sergi Bernal viaja a La Pedraja, un paraje cercano a Bañuelos, para documentar la exhumación de una fosa común. Forma parte de un reportaje sobre los miles de desaparecidos de la guerra. A pie de fosa, un hombre de avanzada edad comenta que allí podría estar el cuerpo del joven maestro de Bañuelos.
Estas palabras cambian la trayectoria (...)