Parafraseando a Gabriel García Márquez, que dice en El amor en los tiempos del cólera: “No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad”, podríamos decir que “No hay medicina que cure lo que no cura la paz”. Eligiendo a Gustavo Petro y Francia Márquez como presidente y vicepresidenta para los próximos cuatro años, Colombia le apostó a la paz.
Y aunque la mejor medicina es la paz, también es cierto que el sistema de salud de Colombia necesita cambios estructurales de fondo, los cuales el nuevo gobierno de Colombia tendría que afrontar en los próximos cuatro años.
Por más de treinta años he seguido la evolución de la salud en Colombia. Estuve cerca del ministerio para la reforma de 1993, el de la tan mencionada Ley 100, y desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) apoyé con entusiasmo su implementación. Reclamo alguna responsabilidad en el hecho de que (...)