El debate acerca del libre comercio se remonta a la era mercantilista, que comenzó en la Europa del siglo XVI y prosiguió hasta finales del siglo XVIII. El auge del comercio marítimo holandés e inglés desplazó la riqueza del sur al norte de Europa.
En el siglo XVIII, Adam Smith en La riqueza de las naciones insistió en que lo importante no es la riqueza de cada nación, sino la de todas las naciones. Y si se permite el libre comercio, el mercado crecerá continuamente y acabará enriqueciendo a todos los países.
En los últimos cincuenta años, la visión dominante ha sido la de Smith: casi todos los economistas occidentales afirman que las restricciones al comercio entre países entorpecen las economías nacionales. En la actualidad, las zonas de libre comercio como la Unión Europea (UE), la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA o ASEAN por sus siglas en inglés), y el (...)