La posición de Francia respecto a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) plantea dos preguntas que, en realidad, son solo una: ¿Para qué sirve la OTAN? ¿De qué le sirve a Francia estar en la OTAN?
Estas preguntas pueden abordarse desde tres puntos de vista.
Desde un punto de vista clásico de la historia política, las cosas están claras: la OTAN ya no responde a ninguna de las necesidades para las cuales fue creada ni a ninguno de los fines con los que se intentó dotarla tras el fin de la Guerra Fría.
El Pacto Atlántico se cerró en 1949 para hacer frente a la amenaza soviética. La Unión Soviética ha desaparecido, y con ella la amenaza. Tras el estallido de la Guerra de Corea, la alianza se dotó de una organización militar integrada para disuadir al Ejército Rojo de invadir Europa Occidental. Ya no hay Ejército Rojo, y el Ejército (...)